23. Decidir utilizando la RAZÓN


(Tiempo de lectura: 10 minutos) ¿Qué significa tomar una decisión "racional"? Se puede entender el término "racional" desde diferentes puntos de vista. Si lo interpretamos desde la filosofía, por ejemplo, el término "racional" podría entenderse como "lógicamente válido", mientras que si lo interpretamos desde la economía, podría entenderse como "óptimo"; o incluso como "carente de desperdicio" si lo interpretáramos desde el punto de vista de management.

Para nosotros, utilizando una definición de Goodwing y Wright (1999), una acción es racional si es consecuente con un propósito consciente del actor que la lleva a cabo. En otras palabras, nosotros concebimos la "racionalidad" como la característica del juicio humano que prescribe acciones que llevan a la consecución de objetivos conscientes (Sanchez-Lopez, 2008, pg. 54). Es decir, tener una razón (válida, equilibrada, consciente) para hacer las cosas.

Si esto es así, entonces un actor racional no debiera tomar deliberadamente decisiones que se contraponen unas con otras. Por el contrario, las decisiones debieran ser consecuentes unas con otras, complementarias y orientadas todas ellas hacia un mismo objetivo fundamental. Si nuestro propósito es conservar la salud, por ejemplo, y deseamos actuar racionalmente, no debiéramos permitirnos el hábito de fumar, pues es muy probable que el exceso de tabaco nos afecte la salud. 

En una entrada anterior del blog proponíamos: "Si nos asumimos dueños de nuestra propia vida, deberíamos lograr que las decisiones que tomemos sean coherentes con un sistema de valores propio, genuino, reflexivo y explícito. De lo contrario, las decisiones que tomamos y no se adecúan a nuestro sistema de valores nos llevarán tarde o temprano hacia zonas de frustración, insatisfacción, vacío de sentido y tristeza. De ahí la importancia de identificar y asumir un sistema de valores propio para poder aplicarlo a las decisiones que tomamos día a día."

La racionalidad es una característica deseable de cualquier proceso de toma de decisiones. Al fin y al cabo, la racionalidad es lo que nos hace humanos! y lo que nos diferencia del mundo meramente instintivo e irracional de los animales. Las decisiones deberían tomarse racionalmente.

Por lo tanto, nuestro objetivo como especialistas en toma de decisiones es ayudar a los decisores a tomar decisiones racionales. ¿Cómo se logra esto? Tomar decisiones racionales no implica prescindir de las emociones y de los sentimientos, sino aprender a interpretar y gestionar las emociones y los sentimientos para lograr que las decisiones que tomemos nos ayuden a lograr los objetivos que nos hemos propuesto. Las emociones, a pesar de que si no las gestionamos nos pueden llevar al error, juegan un papel muy importante en la toma de decisiones racional, pues es a través de las emociones que las personas pueden definir sus preferencias conscientes. El concepto es: aplicar la duda filosófica ante nosotros mismos, reflexionar, para lograr lo que nos hemos propuesto conscientemente.

Para lograr tomar decisiones racionales nosotros nos apoyamos en dos pilares fundamentales: la lógica y la aritmética. Es decir, para ayudarnos a tomar decisiones racionales construimos modelos numéricos basados en postulados de la lógica aristotélica. 

Para ser racionales, dichos modelo deben cumplir un conjunto de propiedades lógicas, y por lógicas válidas universalmente (Krantz et al., 1971), (von Winterfeldt and Edwards, 1986), (French, 1988), (Keeney and Raiffa, 1993).

Sean las relaciones de preferencia (P), de indiferencia (I) y de preferencia débil (S) que se aplican sobre un conjunto de alternativas A={a, b, c, d, …}.
  • Se entiende "a es preferido a b" (relación de preferencia), denotada "aPb", cuando un decisor se siente decepcionado si se ve forzado a elegir b.
  • Se entiende "a y b son equivalentes" (relación de indiferencia), denotada "aIb", cuando un decisor, una vez que ha elegido a, no se siente decepcionado si se ve forzado a elegir b.

Como puede verse en estas definiciones, es a través de las emociones (ese sentimiento de decepción) que los seres humanos nos damos cuenta de nuestras preferencias. Somos una especie de "instrumento sensor de preferencias". La racionalidad debe pues entenderse como una herramienta para analizar y comprender nuestras emociones, sintonizarlas y medirlas. Lo que hace el análisis multicriterio es "desmenuzar" las decisiones complejas en muchas decisiones puntuales más pequeñas y más simples, que se toman atendiendo a los sentimientos de preferencia, para luego volver a armar el cuadro completo de forma tal que dicho cuadro sea consecuente con el propósito original, el "objetivo último". Es por esto que decimos que el análisis multicriterio es un método de toma de decisiones "racional".

Por lo tanto, un método de toma de decisiones debería observar los siguientes principios:
  • Si aPb, y bPc, entonces aPc
  • Si aPb, entonces no(bPa)
  • Si aIb, y bIc, entonces aIc
  • aIa
  • Si aIb, entonces bIa
  • Si aIb y bPc, entonces aPc
  • Si aPb y bIc, entonces aPc
De donde se derivan los siguientes cuatro Axiomas de Racionalidad:
  • Axioma 1: aSb, o bSa o ambos son verdaderos
  • Axioma 2: Si aSb y bSa, entonces aSc
  • Axioma 3: aIb si y sólo si aSb y bSa
  • Axioma 4: aPb si y sólo si no(bSa)
Los Axiomas de Racionalidad fueron presentados por Cantor como teorema en 1895.

Texto basado en:

Sanchez-Lopez, R., 2008. Evaluating development projects based on multiple intangible criteria: Theoretical framework and applications to coca producing regions of Bolivia, Ph.D. thesis, Ghent University, Ghent, Belgium, ISBN: 978-90-5989-214-9

Referencias:

D. H. Krantz, R. D. Luce, P. Suppes and A. Tverksky (1971), Foundations of Measurement. Volume I: Additive and Polynomial Representations, New York: Academic Press, INC.

D. von Winterfeldt and W. Edwards (1986), Decision Analysis and Behavioural Research: Cambridge University Press.

S. French (1988), Decision Theory: An Introduction to the Mathematics of Rationality Ellis Horwood Limited.

R. L. Keeney and H. Raiffa (1993), Decision with Multiple Objectives: Preferences and Value Tradeoffs: Cambridge University Press.

P. Goodwin and G. Wright (1999), Decision Analysis for Management Judgment: John Wiley & Sons.

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